Os proponemos un ejercicio diferente y divertido. Este desarrolla la clasificación, en función de diferentes criterios: forma, color, tamaño...trabajando aspectos relacionados con conceptos matemáticos más complejos. Pero además, ayuda a mejorar su psicomotricidad fina y estimula sus sentidos.
Necesitamos: folio o cartulina blanca, regla, ceras rotuladores o lápices de colores, bolsa de congelar con cierre hermético, pompones de colores, aceite corporal de bebé y cinta adhesiva.
1. Sobre un folio o cartulina blanca coloreamos líneas verticales de los colores que vayamos a utilizar. Para saber el tamaño de las franjas de colores, colocamos la bolsa de congelar sobre el folio y dibujamos su silueta. El rectángulo que haya resultado, lo dividimos en partes (tantas como colores vayamos a utilizar) intentado que tengan todas el mismo grosor. Hacemos las divisiones y los niños colorean cada franja de un color.
2. Pegamos el folio o cartulina sobre la parte trasera de la bolsa de congelar.
3. Rellenamos la bolsa de congelación con aceite corporal hasta la mitad.
4. Vertemos los pompones en la bolsa de congelación, tantos como deseemos y colores que hayamos elegido.
5. Cerramos bien la bolsa con ayuda del cierre hermético. Se puede reforzar con cinta adhesiva.
6. Dejamos la bolsa tumbada sobre una superficie lisa y ¡a clasificar colores!. Para una mejor sujeción y que no se mueva mucho la bolsa, podemos usar de nuevo la cinta adhesiva para pegar la bolsa por los lados a la mesa o al suelo dependiendo dónde se haga la actividad.
Ahora, los niños sólo tienen que tratar de llevar los pompones al color que corresponda en la cartulina con columnas arcoíris. ¡Es súper divertido y estimulante!
