El
aprendizaje científico nace de la curiosidad por conocer el medio que nos rodea
y qué mejor ocasión para comprender el proceso de crecimiento de las plantas
que con una serie de experimentos muy sencillos que acompañen en las rutinas de
los niños estos días de primavera desde casa.
Por todo
ello os ofrecemos diversas experiencias para que elijáis la que más os llame la
atención:
1. BÚSQUEDA
DE LA LUZ
¿Las plantas
necesitan luz para crecer?
Vamos a
comprobarlo realizando un laberinto dentro de una caja de cartón con un agujero
en la parte superior y colocando una pequeña planta en el interior de la
misma. Se cierra la caja y a esperar. Los más peques comprobarán cómo la planta
busca la luz.
La cáscara
de huevo, además de servir como recipiente reutilizado, nos ayuda a que
nuestra planta crezca más fuerte ya que está formada en más de un 95%
carbonato cálcico, además de otras vitaminas y minerales.
Método 1: con tierra. Si lo que queremos hacer crecer son semillas (de las que
se venden para plantar), hacemos un agujerito en la base del huevo con un
punzón para que drene el agua, rellenamos la cáscara con tierra (aprox. 3/4 del
huevo), colocamos las semillas, cubrimos con otro poquito de tierra, regamos y
colocamos en un lugar cálido y soleado (por ejemplo, al lado de una ventana).
Cada vez que la tierra se seca echamos un poquito de agua. En una semana aprox.
comenzaremos a ver crecer nuestras plantitas.
Método 2: con algodón. Si en cambio queremos hacer germinar algún tipo de legumbre
(judías, lentejas, garbanzos, etc), ponemos un trozo de algodón dentro del
huevo, lo humedecemos y colocamos arriba las legumbres (dos o tres). Mantenemos
el algodón siempre húmedo (pero no empapado) y colocamos en un lugar cálido y
soleado.
Es
importante explicar a los peques que las semillas no siempre germinan, para
evitar desilusiones. Justamente por ello os aconsejamos preparar varias
plantitas, cuantas más sean más posibilidades de que algunas crezcan. Una vez
que las plantas han crecido lo suficiente (como vemos en ambas imágenes), será
necesario pasarlas a una maceta con tierra para que sigan creciendo.
3. HUESO DE
AGUACATE
Para
reutilizar el hueso de esta rica fruta hemos de seguir los siguientes pasos:
1º Guarda y
limpia el hueso de un aguacate. Lava y dejar secar toda la noche.
2º Pincha con
un palillo en cada uno de los puntos cardinales.
3º Coloca el
aguacate sobre un botellín de plástico que, previamente, tienes que haber
cortado a la mitad. También puedes utilizar un vaso de cristal
transparente para ver cómo se produce el proceso.
4º Rellena con
agua.
Al contacto
del hueso con el agua verás como el aguacate se “rompe” para dejar salir
las raíces de lo que será tu nueva planta. Así es como sucede en la
naturaleza. Es importante que cambies el agua de vez en cuando para que siga
teniendo nutrientes que hagan crecer a tu planta.
El mejor
sitio para colocarla es en un lugar donde haya luz indirecta, al menos
hasta que comience de crecer fuerte y con hojas. Este será el momento de
plantar tu arbolito de aguacate en tierra.
ESPERAMOS QUE DISFRUTÉIS CON LOS PEQUES EN CASA DE ESTA PECULIAR PRIMAVERA